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Esta época del año es el tiempo de los emprendedores y de quienes quieren activar nuevos retos personales

La primavera aporta el vitalismo del renacer y es momento de traer nuevas cosas a nuestras vidas para darles frescura y entusiasmo 

La primavera representa el despertar de la tierra después del reposo invernal. El vitalismo del renacer. Aquello que la mitología clásica cuenta como el retorno de Perséfone del submundo espectral del Hades a la superficie terrestre. La felicidad de su madre Démeter, diosa de la fertilidad y las cosechas, devuelve las flores a los campos y el cantar de los pájaros. La naturaleza estalla radiante de color y bellos sonidos, entre el deshielo de las cumbres, con el agua bajando por los torrentes.

Simbólicamente la primavera es el renacer, la luz de un nuevo inicio, como el sol del gran este que se eleva cada nuevo día. El principio de las cosas, la primera visión, la semilla que plantamos para recoger la siembra al final del estío. Por eso este es el tiempo de los emprendedores y de todas aquellas personas capacitadas para idear y proyectar.

Simbólicamente la primavera es el renacer, de la naturaleza y de uno mismo  

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La pregunta para la primavera es ¿tienes una visión en tu vida? Porque este es el momento de atender a tu llamada de la aventura. Es bueno comprender que los ciclos implican cambio y que el invierno sirvió para detenerse, integrar y soltar. Ahora, cumplido el equinoccio de primavera, hay que traer nuevas cosas, dándoles espacio, frescura y entusiasmo. 

En un anterior escrito dedicado al invierno y la necesidad de vivir acorde con los ciclos de la naturaleza, decíamos que enero, como primer mes del año, era momento de nuevos propósitos. Lo es dado que alteramos el calendario natural. Verdaderamente, el ciclo natural va de esta primavera a la siguiente. Es ahora que la vida regresa a la naturaleza cuando debemos sembrar lo que queremos traer a nuestra vida.

Esta primavera es especialmente importante, porque el confinamiento y el virus han aportado una oportunidad para ir al interior, observar y resetear nuestras vidas. Probablemente, ya no vamos tanto con el piloto automático, aunque corremos el peligro de perdernos en la desidia y el aborregamiento letárgico del consumo abusivo de series y juegos. Es momento de activarse y comprender que nada puede ser siendo igual.

En primavera, todos tenemos la oportunidad de sembrar nuestro propio jardín para florecer como deseamos. Para ello es importante tener claros los nuevos objetivos y cuidarlos con mimo y paciencia. Se trata de visualizar los retos, proyectos y cambios que queremos instalar en nuestras vidas como diminutas plantas que quieren crecer. 

Si abarcamos demasiado y plantamos demasiadas cosas no podremos atenderlas como es preciso. Así que más vale enfocar y dedicarse al cuidado de objetivos acotados, realizables y no excesivos. De otra parte, hay que dar tiempo. Los frutos se recogen pasado el verano, no de forma inmediata y acelerada.

Ahora es buen momento para visualizar los cambios que queremos como diminutas plantas que quieren crecer 

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Por último, es esencial cuidar cada una de las semillas que plantamos. Esto depende de nosotros y de nuestro estado de ánimo, salud y condición física. Por eso la primavera es también un buen momento para hacer un détox con el que limpiar y purificar el cuerpo con una dieta verde o un ayuno intermitente.

Si nos cuidamos, estamos sanos e ilusionados y tenemos la energía necesaria para activar nuevos proyectos o darle la vuelta a todo aquello que no funcionaba, nada nos podrá detener en este nuevo despertar que supone la primavera.

Podemos ser expansivos, pero estos tiempos del virus nos enseñan que tal vez no necesitamos tantas cosas, tan sólo lo esencial, aquello que de verdad nos hace florecer. Hay que cultivar emociones y sentimientos nobles, positivos, ajenos a la toxicidad de un entorno que ha podido ser agobiante.

Hacemos propósitos en enero, pero el ciclo natural va de esta primavera a la siguiente

 

La primavera es valiente, cruza el umbral y sesga la oscuridad del miedo. Damos la bienvenida a lo que venga, trazando la visión de un nuevo sendero con fuerza creativa e imaginación. La infancia es nuestra primavera, así que es tiempo de conectar con nuestro niño interior, con esa alegría del principio y la flexibilidad que permite adaptarse a las nuevas situaciones.

Explora, sé curioso y ábrete a todo lo que te sea desconocido. No dejes que la energía estancada te deprima. Elévate, despierta, excítate de vitalidad y enfoca sobre todo aquello que te llena e ilusiona. La primavera es la estación idónea para plantar nuevos objetivos que te permitan renacer.

Recomendaciones útiles

Estos son algunos consejos de cómo comportarnos durante esta estación en la que podemos vivir la alegría del despertar.

Idea, proyecta, imagina

Acota para que los planes sean asumibles

La primavera es una invitación a dejar volar la mente, imaginando nuevos proyectos y cambios en tu vida, aunque hay un momento en el que hay que focalizarse en lo esencial y asumible. Puedes ser valiente y no conformista, pero no te pierdas en un bosque de intenciones. Es bueno conectar con el propósito vital a un nivel general, como si fuera tu historia principal, y luego idear alguna subtrama o plan para los próximos meses.
​Acota tus ideas, no sólo para que sean realizables, sino en el tiempo, contemplando aquello que puedes asumir en el ciclo de un año. No te pierdas en futuros lejanos. Vive en el presente y planta la semilla de las intenciones y objetivos que en este momento te llaman.

Cuida tu jardín

Siéntete bien contigo mismo

Entiende tu persona como el ser sobre el que abonas aquello que quieres madurar. Por tanto, date la oportunidad de cuidarte, limita los pensamientos negativos y tóxicos, y aliméntate de aquello que te hace feliz. Disfruta del tiempo de ocio y sal a la naturaleza para conectar con la energía positiva del sol y los días longevos. Observa y pule tu imagen para irradiar tanto desde dentro como desde fuera. Es muy importante que te sientas bien contigo mismo y tengas una buena autoestima, porque esto va a contribuir en tu determinación. Si eres de los que se desvive por los demás, trata de llevar esa atención hacía ti. Cuando tu persona se siente cuidada e irradia, es cuando mejor puede atender las necesidades ajenas.

Detox

Elimina sustancias y hábitos poco saludables

El cuerpo es nuestro templo, el vehículo que nos acompaña en la vida. Si está sano y dispone de buen carburante, avanza sin problema. Pero si no lo purificamos de vez en cuando, se satura y bloquea. Para detoxificar el cuerpo, podemos seguir una dieta de alimentos verdes durante toda una semana o practicar un ayuno intermitente en el que dejamos de comer durante al menos doce horas. También es posible realizar un ayuno completo durante un espacio de dos días en los que sólo ingerimos líquidos.
​Detox implica depurar el cuerpo mediante un proceso en el que la persona se abstiene o elimina del cuerpo substancias tóxicas o poco saludables. La recomendación es ampliar este concepto no sólo a alimentación sino al consumo de noticias, tiempo en redes sociales y todas aquellas prácticas habituales que nos van saturando.

Línea de tiempo

Planifica y valida tus proyectos

Esta metodología propia del coaching es muy buena como estrategia para visualizar y validar los proyectos que ideamos. Imagina desde el momento presente y visualiza tu objetivo sobre una línea de tiempo. Empieza a avanzar por ella, observando los obstáculos y recursos que se presentan. Si es necesario, te detienes para sentir la experiencia, antes de seguir avanzando por la línea de tiempo. Al final, llegas al objetivo deseado, cumpliendo del plan previsto. Desde ahí, contempla el recorrido con sus aprendizajes. Lo importante es sentir que avanzamos y no retrocedemos, validando nuestra visión u objetivo. Si este no funciona, tal vez debamos someter otro proyecto a nuestra línea de tiempo imaginaria.

Actívate

Pasa a la acción, avanza

La primavera no sólo es tiempo de idear, sino el momento de activarse, de emprender y abrir caminos. Pasar a la acción después de incubar y estar en stand by. Sin duda, la incertidumbre del virus invita a no mojarse, manteniéndose a la espera de la resolución de los acontecimientos, pero es preciso que empecemos a movernos en alguna u otra dirección. Por eso este es un tiempo de líderes y emprendedores que disfrutan del espíritu de la primavera porque no les importa lanzarse al vacío. La autodeterminación y confianza les dan el valor de ir a por lo que más les motiva. Pasar a la acción y activarnos, vitalizan.

Toma decisiones

Escucha a las corazonadas y a la intuición

La inactividad acaba cuando tomamos decisiones. Tarde o temprano es preciso tomar decisiones. No podemos estar en un eterno compás de espera, pase lo que pase. Decidir implica riesgo y también nuevos horizontes. Si seguimos en lo de siempre, las cosas acaban sucediendo por inercia, sin que tomemos las riendas de la vida. Nosotros podemos ser el cambio que queremos ver en el mundo, como decía Gandhi, pero para ello es necesario tomar decisiones. 
Para hacerlo, un buen consejo puede ser escuchar la sabiduría del corazón, las corazonadas, y también atender a la chispa de la intuición. No sólo somos mentes racionales, sino mucho más. Instinto, corazón e intuición contribuyen la toma de decisiones, no sólo la cabeza fría.

La primavera es una estación de vitalidad que invita a despertar nuestros sueños y anhelos. Un tiempo para ser creativo, activo y soñador. El momento de florecer, contagiándonos del nuevo esplendor de la naturaleza.